Cueva de las Manos

En las profundidades de la increíble Patagonia Argentina, yace un área protegida para la humanidad, la Cueva de las Manos. Este santuario prehistórico, repleto de fascinantes pinturas rupestres, nos invita a un viaje en el tiempo para desvelar los misterios de nuestras antiguas raíces humanas.

Cueva de las Manos

Ubicación geográfica

Ubicada al noroeste de la provincia de Santa Cruz, en el Cañadón del Río Pinturas, la Cueva de las Manos es un hito icónico de la Patagonia argentina, situada a 88 metros en la Estancia Cueva de las Manos, entre las localidades de Perito Moreno y Bajo Caracoles, en el departamento Lago Buenos Aires. Con una longitud de 20 metros, una altura de 10 metros y un ancho de 15 metros, esta cueva es un lugar de difícil acceso que añade misterio y encanto. Puede localizarse geográficamente en las coordenadas: 47°09′00″S 70°40′00″O / -47.15, -70.666666666667.

Historia y descubrimiento

Descubierta en 1941, este sitio arqueológico data entre 13.000 y 9.500 años a.C., dejando un registro duradero de las culturas indígenas que una vez habitaron la región.

La historia de las investigaciones en la Cueva de las Manos ha sido un proceso que abarca varios siglos y ha involucrado a diversos exploradores y científicos. En el siglo XIX, viajeros y aventureros como George Musters y Clemente Onelli recorrieron los alrededores del Río Pinturas, aunque no lograron descubrir las pinturas rupestres. Fue en 1941 cuando el sacerdote Alberto M. de Agostini logró llegar al sitio y describió sus impresiones en su libro «Los Andes», incluso publicando algunas fotografías en color.

Sin embargo, las investigaciones científicas más sistemáticas comenzaron en 1964, cuando Carlos J. Gradin, un topógrafo convertido en arqueólogo, inició las primeras exploraciones en el área subterránea. Fue a partir de 1973 que su equipo, junto a C. A. Aschero y A. M. Aguerre y con el apoyo del CONICET, llevó a cabo investigaciones científicas más profundas, sentando las bases del conocimiento actual sobre el sitio.

A partir de 1995, el Programa Documentación y Preservación del Arte Rupestre Argentino del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano de Buenos Aires se enfocó en la protección de todos los sitios arqueológicos con arte rupestre en el país. Recibió una atención especial debido a su importancia arqueológica y su atractivo turístico.

Bajo la dirección de María Onetto, se llevaron a cabo acciones para la administración y el plan de Gestión del patrimonio en la Cueva de las Manos, así como la presentación del sitio ante la UNESCO para su inclusión en la lista de patrimonio mundial. Desde entonces, María Onetto ha estado a cargo del proyecto de Conservación y Gestión Sostenible del Patrimonio Cultural, asegurando la preservación y el cuidado de este valioso legado de la humanidad que alberga 10.000 años de historia en la Patagonia.

Contexto histórico y cultural

Importancia cultural de la Cueva

Es un legado invaluable del arte prehistórico y la vida de los primeros pobladores de Argentina. Su nombre proviene de las innumerables impresiones de manos que adornan sus paredes, un testimonio silencioso de una época pasada.

El papel en la historia prehistórica de Argentina

El sitio ofrece una rica visión de la evolución cultural en la región patagónica, desde la vida cotidiana hasta los rituales y creencias.

Las culturas indígenas asociadas

Las pinturas rupestres son atribuidas a las culturas indígenas de la región, como los tehuelches y los aucas, quienes dejaron estas huellas como parte de sus rituales y narrativas simbólicas.

Arte Rupestre de la Cueva de las Manos

Mural con arte Rupestre en la Cueva de las Manos

Estilo y técnicas utilizadas

Las pinturas se hicieron utilizando técnicas de estarcido y pintura a mano, utilizando pigmentos naturales obtenidos de la formación rocosa. Los motivos son principalmente manos, aunque también se pueden encontrar representaciones de animales y escenas de caza.

Para realizar las pinturas en la cueva, los artistas prehistóricos raspaban la roca para obtener diferentes tonalidades de pigmentos, como el ocre-amarillo (Natrojarosita), verde (Terra verde), y varios tonos de rojo, desde intenso hasta violáceo o anaranjado (Hematina y Maghemita). Para el color negro, se utilizaba óxido de manganeso.

Estos pigmentos eran luego molidos utilizando herramientas de piedra, como molinos planos, hasta obtener una consistencia adecuada para su aplicación. Para lograr distintas texturas y consistencias, los pigmentos se mezclaban con un fluido aglutinante o alguna solución, lo que permitía obtener pinturas acuosas para tonos rojos y otras más pastosas para tonos blancos.

Los análisis de los pigmentos mediante técnicas como la difracción de rayos X han revelado la presencia de yeso, lo que proporcionaba una mayor adherencia del pigmento al soporte natural de la roca. Este uso de yeso como aglutinante también ha sido documentado en otros sitios de arte rupestre en América.

Los artistas prehistóricos seleccionaban cuidadosamente el soporte rocoso y aprovechaban sus texturas y grietas para crear sus obras. Por ejemplo, en la Cueva de las Manos, se pueden observar representaciones de guanacos huyendo a ambos lados de una especie de cañadón natural formado por una grieta en la roca. Además de utilizar los pigmentos de manera artística, los artistas también tenían en cuenta la iluminación natural, el acceso al sitio y la protección proporcionada por el entorno rocoso, utilizando las características del soporte, como fisuras, relieves u oquedades, para enmarcar sus obras de arte.

Significado de las pinturas

Aunque el significado exacto de las pinturas sigue siendo un misterio, es probable que estas representen rituales, actividades cotidianas y posiblemente narraciones míticas de estas culturas prehistóricas.

Comparación con otros sitios de arte rupestre en Argentina

A diferencia de otros sitios de arte rupestre, la Cueva de las Manos destaca por su antigüedad, su estado de conservación y la gran cantidad de impresiones de manos.

Descripción detallada de la Cueva

Entrada a la Cueva de las Manos en la Patagonia Argentina

Formación geológica de la Cueva

Formada por la erosión del viento y el agua, la cueva se encuentra en un acantilado de roca, con vistas al río Pinturas. El sitio ofrece una vista impresionante de los paisajes de la Patagonia.

Pinturas y murales prominentes

Los murales más notables son las manos, que dan nombre a la cueva, pero también hay representaciones de guanacos, un animal nativo de la región, así como imágenes de caza.

Plantas y vida animal

El entorno de la cueva es un ecosistema patagónico, hogar de guanacos, zorros y una variedad de aves, además de una flora diversa adaptada a las condiciones del clima patagónico.

Conservación y patrimonio

Reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO

La Cueva de las Manos ha sido reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999, lo que subraya su importancia cultural y artística para la humanidad.

Esfuerzos actuales de conservación

Los esfuerzos de conservación en curso buscan preservar y proteger este invaluable sitio de arte rupestre para las futuras generaciones. Estos incluyen restricciones en el acceso al sitio y la vigilancia continua.

Impacto del turismo en su conservación

El turismo juega un papel vital tanto en la promoción de la cueva como en su conservación. Sin embargo, es esencial que los visitantes sigan las pautas para garantizar su preservación.

Guía práctica para Visitar la Cueva de las Manos

Cómo llegar

Para llegar a la Cueva de las Manos, ubicada en el noroeste de la provincia de Santa Cruz en Argentina, existen dos opciones principales, dependiendo de la dirección desde la cual te acerques al sitio.

Si te diriges desde el sur, debes tomar la ruta 40, la cual está completamente pavimentada en esta zona. Aproximadamente a 117 kilómetros al sur de la localidad de Perito Moreno, encontrarás un desvío que te llevará a un camino de ripio de alrededor de 30 kilómetros hasta llegar a las cuevas. Es importante tener en cuenta que, aunque el camino de ripio suele estar en buenas condiciones debido al mantenimiento frecuente, se recomienda conducir con precaución debido a que no es pavimentado y podrían haber animales en la zona.

Si te acercas desde el norte, también deberás tomar la ruta 40. A unos 50 kilómetros al norte de la localidad de Bajo Caracoles, encontrarás el desvío que te llevará al camino de ripio hacia las cuevas.

Es importante tener en cuenta que no hay transporte público directo hasta el yacimiento. Por lo tanto, las opciones disponibles son utilizar tu propio vehículo, si cuentas con uno, y seguir las indicaciones de las rutas mencionadas. Otra alternativa es unirte a una excursión organizada en el día, la cual incluirá un guía y transporte hacia el sitio. En ambos casos, se recomienda planificar con antelación y verificar la disponibilidad de servicios.

Además, tanto en Gobernador Gregores como en Perito Moreno, encontrarás opciones de alojamiento, restaurantes y estaciones de servicio, lo que los convierte en lugares ideales para pasar la noche y abastecerte antes de visitarla.

Mejores épocas para visitar

El clima en la Patagonia puede ser impredecible, por lo que los mejores momentos para visitar son durante los meses más cálidos, de noviembre a marzo.

Reglas y regulaciones para los visitantes

Para garantizar la preservación de este sitio, hay una serie de reglas que los visitantes deben seguir, como no tocar las pinturas y seguir las rutas marcadas durante la visita guiada.

Recomendaciones para una visita respetuosa y sostenible

Es fundamental respetar las normas del parque y mantener un comportamiento responsable durante la visita. Recuerda siempre que estás visitando un patrimonio invaluable de la humanidad, trátalo con el cuidado que merece.

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Referencias