La ardilla voladora (Pteromys volans) del Parque Nacional de Nuuksio es una fascinante especie que habita en los densos bosques de esta reserva natural finlandesa. ¡Descubre más sobre este pequeño y ágil mamífero!
Índice
Descripción de la ardilla voladora
La ardilla voladora, más pequeña que la ardilla roja común, pesa entre 130 y 160 gramos y tiene un cuerpo de 15 a 20 cm de largo, con una cola de 9 a 14 cm. Su pelaje gris y ojos grandes le permiten una visión nocturna excelente. Se desplaza principalmente deslizándose desde los árboles gracias a un colgajo de piel que conecta sus extremidades.
Hábitat y otras especies
Estas ardillas viven alrededor de 5 años, utilizando el mismo bosque y cavidades de árboles para dormir y anidar. El territorio de una ardilla puede ser de 0,02 a 1 kilómetro cuadrado, siendo los machos los que tienen un área mayor. En los bosques de Nuuksio, también se encuentran otras especies raras como el pájaro carpintero de cabeza gris, el baneberry y el caracol terrestre Macrogastra plicatula.
Señales de su presencia
Las ardillas voladoras son más activas durante el crepúsculo, pero su presencia se detecta por los excrementos debajo de los árboles, del tamaño de granos de arroz, que varían de color según la estación.
Dieta
Son herbívoras y su dieta incluye hojas de árboles en verano y amentos de aliso y abedul en otoño. En invierno, almacenan amentos para su consumo.
Nidos y crías
Las ardillas voladoras suelen tener varios nidos al mismo tiempo, utilizados para almacenar comida, dormir y anidar. Las crías nacen entre abril y junio, y la hembra puede tener hasta 4 crías en una temporada. Los machos no participan en el cuidado de las crías.
Cómo se mueve por el entorno la ardilla voladora
Los paisajes varían en elementos como hábitats preferidos, matrices entre ellos y corredores que los unen, afectando el movimiento animal y la dinámica poblacional. Las ardillas usan franjas de bosque y otros hábitats para moverse entre parches, con diferencias entre sexos: los machos viajan más lejos y cruzan los bordes con más frecuencia, mientras que las hembras usan la matriz principalmente para buscar alimento. La conservación debe centrarse en la calidad del hábitat, no solo en corredores ecológicos.
