Parque Amazónico de Guayana Francesa

Bienvenidos al inicio de una aventura sin igual en uno de los espacios naturales más impresionantes y vitales para el ecosistema global: el Parque Amazónico de Guayana Francesa. establecido en el año 2007. Este artículo les guiará a través de un viaje detallado por sus exuberantes selvas, ríos serpenteantes y la rica cultura indígena que lo rodea. Descubrirán por qué este parque no solo es un destino obligatorio para los amantes de la naturaleza y la aventura, sino también un foco crítico para la conservación y el estudio científico. Preparemos el camino para una exploración que promete ser tan educativa como emocionante.

Parque amazónico de Guayana Francesa

Historia del Parque Amazónico Guayana Francesa

La historia del Parque Amazónico de Guayana se remonta a la Cumbre de la Tierra de Río de 1992, donde se inició el proyecto el 4 de junio de ese año bajo la dirección de François Mitterrand. Esto se llevó a cabo mediante un memorando de entendimiento firmado por los presidentes de las asambleas regionales y departamentales, así como por los Ministros de Medio Ambiente, Territorios de Ultramar y Agricultura y Bosques. Esta iniciativa dio origen a la Misión para la Creación del Parque Nacional de Guayana en 1993.

Un primer proyecto presentado a finales de 1995 fue rechazado en diciembre de 1997 debido a la insuficiente consulta a las poblaciones locales.

El 21 de junio de 1998, los acuerdos de Twenké reconocieron los derechos de las poblaciones amerindias y businengue que habitaban dentro de los límites del futuro parque.

El proyecto final fue presentado a principios de 2006, y el 13 de marzo se publicó en el Diario Oficial el decreto que tomaba en consideración la creación del Parque Nacional de Guayana, también conocido como Parque Amazónico de Guayana.

A pesar de las reticencias de varios actores involucrados en el proyecto, como el consejo general y regional, la creación del parque fue oficializada mediante decreto el 28 de febrero de 2007. La primera reunión del consejo de administración tuvo lugar el 7 de junio de 2007.

Organización y Extensión Territorial

El Parque Amazónico de Guayana es un organismo público administrativo (EPA), una entidad jurídica de derecho público cuyo órgano central es el Consejo de Administración, respaldado por un consejo científico y un comité de vida local.

El parque abarca un núcleo de 20.300 km² donde la protección es máxima y la minería de oro está prohibida. Sin embargo, el territorio de los Wayanas y Tekos de Maripasoula no está incluido en esta zona, a pesar de la solicitud realizada por estas comunidades indígenas antes de la creación efectiva del parque.

Junto con el Parque Nacional de las Montañas Tumucumaque, que limita con Brasil y tiene una superficie similar a la de Suiza (3.846.429,40 ha / 38.464 km²), el Parque Amazónico de Guayana constituye el área protegida de bosque tropical más grande del mundo.

Ubicación Geográfica

El Parque Amazónico Guayana Francesa se sitúa en la vasta región de Guayana Francesa, un departamento de ultramar de Francia, enclavado en Sudamérica. Con coordenadas geográficas de 2°50′18″N de latitud y 53°46′20″O de longitud, este parque se encuentra inmerso en la exuberante selva tropical amazónica.

Superficie total protegida

El Parque Amazónico de Guayana, también conocido como Parc Amazonien de Guyane en francés, es un destacado parque nacional de la ahora independiente Guayana, que abandonó su estatus de colonia en el año 1946 para convertirse en departamente francés.

El parque amazónico fue creado con el fin de preservar la vasta selva amazónica ubicada en la región de Guayana Francesa. Este parque se destaca como el más extenso dentro de la Unión Europea y figura entre los parques nacionales más grandes del mundo.

Acceder al área protegida desde la costa marítima u otros medios terrestres está limitado, siendo el acceso posible solo a través de avión o barco.

La superficie protegida abarca un total de 20,300 kilómetros cuadrados en la zona central, donde se implementa una protección completa, y 13,600 kilómetros cuadrados adicionales en un área de protección secundaria. En conjunto, la extensión protegida abarca un área total de 33,900 kilómetros cuadrados de exuberante bosque tropical.

Geografía y Clima

El Parque Amazónico de Guayana Francesa se extiende sobre una vasta área, ofreciendo un mosaico de paisajes que van desde densas selvas hasta ríos caudalosos. El clima tropical húmedo garantiza una biodiversidad exuberante, con temperaturas que varían poco a lo largo del año, creando un paraíso para la flora y fauna.

Flora y Fauna

El Parque de Guayana alberga una notable diversidad de especies. Cuenta con aproximadamente 1.200 especies de árboles, de las 1.700 que existen en total en Guyana. Entre las más comunes se encuentran las familias Lecythidaceae, Sapotaceae, Fabaceae, Burseraceae, Chrysobalanaceae y Lauraceae. Este vasto territorio comprende una variedad de bosques, desde áreas más secas en el sur, que albergan lianas, bambúes y miembros de la familia Burseraceae, hasta zonas más húmedas, dominadas principalmente por palmeras de sotobosque.

Flora silvestre del Parque Amazónico Guayana Francesa

En cuanto a la fauna, el parque es el hogar de una gran diversidad de animales. Se han registrado alrededor de 90 especies de anfibios, 133 de reptiles, 520 de aves y 182 de mamíferos, incluyendo numerosas especies de murciélagos. Además, se han identificado unas 200 especies de peces de agua dulce. Algunas especies, como el Anomaloglossus degranvillei y el saki satan, están consideradas como prioritarias para los esfuerzos de conservación debido a su estado amenazado.

La fauna de invertebrados también es notablemente diversa, aunque aún no se conoce completamente en toda la región de Guyana. En 2015, una expedición científica en el macizo de Mitaraka, organizada por el Museo Nacional de Historia Natural, reveló más de 200 nuevos descubrimientos para la fauna de Guyana, incluyendo 127 especies previamente desconocidas para la ciencia.

Culturas Indígenas

Las comunidades indígenas que habitan en y alrededor del Parque Amazónico son guardianes de un conocimiento ancestral sobre la naturaleza y la sostenibilidad. Su relación con la tierra es un ejemplo de convivencia armónica que merece reconocimiento y respeto.

El visitante tendrá la oportunidad de apreciar por sí mismo la diversidad en los conocimientos y habilidades tradicionales de cada comunidad. Más que simplemente enfrentarse a técnicas simples, se encontrará con diferentes percepciones del mundo que coexisten. Cada comunidad tiene su propia lengua y expresiones culturales específicas, donde la naturaleza juega un papel fundamental. Además, se pueden observar diversos estilos de vida, con sus propios sistemas de gobierno y organización social, una variedad de rituales, formas de transmisión, gastronomía y pinturas corporales.

Excursiones recomendadas

El parque ofrece una variedad de actividades, desde senderismo por caminos selváticos hasta canotaje en ríos cristalinos. La observación de aves y vida silvestre aquí es una experiencia inolvidable, permitiendo a los visitantes conectarse profundamente con la naturaleza.

Ascenso al Monte Galbao para ver el Dosel Forestal

En Saül, el sendero Galbao conduce al monte del mismo nombre, una de las cumbres más altas de Guayana Francesa. Parte del sendero discurre sobre espléndidas crestas que dominan el dosel forestal, rodeado de un bosque en pendiente con troncos elevados, una flora rica y un sotobosque claro que emana un aroma embriagador. Este sendero sin marcar tiene desniveles significativos y requiere una buena condición física, así como provisiones para acampar en el bosque con un guía durante al menos 3 días y 2 noches.

Observación de Nutrias Gigantes en la Bahía del Río Mémora

A unos 20 kilómetros al sur del pueblo de Camopi, se encuentra la bahía del río Mémora, un verdadero santuario de biodiversidad. Este río, un afluente del río Oyapoque que actúa como frontera natural con Brasil, ha escapado a los efectos negativos de la extracción ilegal de oro.

Nutrias gigantes en el Parque Amazónico de la Guayana Francesa

Debido a esto, es común observar nutrias o monos araña (kwata) nadando en sus aguas cristalinas. Además, es posible acceder a pie al monte isla Susu Bella, una colina que emerge del bosque ecuatorial. Este lugar es un auténtico paraíso de orquídeas y aves raras, y también alberga un sitio arqueológico con numerosos artefactos de las antiguas civilizaciones amerindias.

Excursión en barco por el Laberinto de los Abatís Cottica

A unas quince kilómetros al norte del pueblo de Papaïchton, se encuentran numerosas rocas de tonos pastel que delinean el curso del río Maroni. Los aventureros en piragua deben navegar con cautela por este laberinto fluvial, donde las aguas tranquilas se alternan con rápidos peligrosos. Los Abatís Cottica, reconocidos en el inventario nacional de sitios y monumentos naturales en 2011, ofrecen un paisaje espectacular dominado por la imponente montaña Cottica, que se alza hasta los 730 metros sobre el terreno circundante.

Excursión por las Montañas Coronadas

Las montañas coronadas son vestigios precolombinos localizados en las cimas de colinas y montañas, con un foso defensivo. En la Guayana Francesa, se han identificado cerca de setenta de estos sitios, permitiendo conocer mejor la historia de Ecuador y amenizar las visitas de turistas.

Son lugares discretos y poco conocidos que aparentemente han sido habitados durante largos períodos por comunidades humanas. Entre otras evidencias de las culturas amerindias precolombinas que se pueden apreciar, se destacan los miles de pulidores encontrados principalmente en las riberas de los ríos, así como las rocas grabadas y algunas pinturas rupestres.

Visitar las Pinturas Rupestres de la Roca Mamilihpan

Pinturas Rupestres de la Roca Mamilihpan

En la región más al suroeste de la Guayana Francesa se sitúa la Roca Mamilihpan, un monte isla que ha sido preservado de la intervención humana. Una de las paredes de esta formación rocosa está adornada con pinturas rupestres, que constituyen evidencia de una presencia humana precolombina en la zona. Investigaciones científicas recientes han destacado su importancia arqueológica, con el emocionante hallazgo de fragmentos de cerámica y antiguos senderos que conducen hacia una meseta cercana.

Escuchar los Cuentos en el Sur de la Guayana Francesa

Las comunidades indígenas amerindias y businenge del sur de la Guayana Francesa mantienen una conexión arraigada con la tierra, como evidencian sus numerosas leyendas y mitos que ofrecen distintas perspectivas del mundo y la naturaleza. Estas narrativas ancestrales se transmiten de generación en generación para dar cuenta de la creación y relatar sucesos históricos, y en todas ellas la naturaleza desempeña un papel fundamental.

Actividades Gastronómicas

Aprender a Cocinar la Mandioca

La mandioca es el alimento básico de los habitantes del Parque Amazónico. Su tubérculo se cultiva mediante técnicas agrícolas tradicionales y ofrece una amplia gama de texturas y sabores: kwak (sémola), casabe (torta), tapioca (fécula), cachiri (bebida fermentada), entre otros. Su preparación y cultivo, llevados a cabo en comunidad y cooperación, involucran conocimientos tradicionales. Algunas herramientas de mimbre, como el tamiz, el sibucán o el abanico, se fabrican especialmente para transformar este alimento.

Probar el Cacao Amazónico

En el sur de Guayana Francesa, un grupo de agricultores produce chocolate en el corazón de la selva amazónica. La variedad preferida es el cacao Guiana, una especie silvestre que ofrece un sabor especialmente fuerte pero poco amargo. Se cultiva únicamente en Guayana Francesa, en armonía con la biodiversidad local, dentro de sistemas agroforestales y en agricultura familiar. Estas características hacen del delicioso chocolate «Puro Guiana» un producto muy valorado.

Descubrir el Arte de las Piraguas del Maroni

Las piraguas de madera del Maroni son un elemento fundamental de los conocimientos de las comunidades businenge de Guayana Francesa. Capaces de transportar pasajeros, toneladas de mercancía e incluso vehículos o helicópteros averiados, se cuentan por cientos a lo largo de las orillas del río. Tanto su navegación, que requiere un profundo conocimiento del río por parte de los piragüistas, como la fabricación de las piraguas, respetan un proceso tradicional y meticuloso, compuesto por gestos ancestrales.